En estos días de cambios que estoy viviendo, no he podido evitar echar la vista atrás y pensar en como era mi vida hace poco más de un año.
Hace poco más de un año, tenía otro trabajo, otra vida y en mi vida había otras personas. Había pasado casi 4 años allí y ese sitio y esa gente, eran como mi segunda casa y mi segunda familia.
Llevo varios días pensando en todo esto y aunque por nada del mundo echo de menos el trabajo que hacía allí, si que hay veces que me da por pensar en cuanto echo de menos a algunas personas que conocí allí.
Voy repasando recuerdos y momentos agradables vividos con cada una de esas personas. Y siempre acabo pensando en la persona que más echo de menos. La persona de la que me enamoré, y que nunca pudo ni podrá ser.
Ya llevaba varios días con ese sentimiento encogiendome el corazón y cosas de la casualidad, hoy una amiga me ha hablado de él (de lo pequeño que es el mundo y que hace poco se ha enterado que él y su marido se conocen).
Pensaba que lo había superado, pensaba que mi nueva vida había acabado con todo eso, pero me muero por volver a verle y hablar con él. Pero se que no puedo, ni debo hacerlo. Se que las cosas se tienen que quedar así. Pero duele.....
VEINTIUNO DE ABRIL
Hace 2 semanas
Los amores platónicos, esos que sabemos/pensamos que nunca podrán ser siempre se quedan ahí, en nuestro interior y cuando pensamos que ya son historia aparecen sin más y nos lo trastocan todo...
ResponderEliminarY yo siempre me pregunto si es que reaparecerán por alguna razón!
Muaaaaaaaaacks
UFFFF el amor, que complicadas son las cosas del corazón.
ResponderEliminarTe entiendo y comparto contigo que dejar las cosas como están es lo mejor, aunque duela, pero es lo mejor...
Un beso!!!