domingo, 18 de abril de 2010

UNA PENA DE VISITA

Todo iba de maravilla. Los niños vinieron emocionados por la novedad y yo también estaba pletórica de alegría. Por fin mi sueño se hacía realidad. La cena les encantó, vimos UP y nos reímos un montón. Antes de las 9 de la noche se fueron a la cama por propia voluntad y se durmieron enseguida.

Lo malo empezó a las 2 de la madrugada cuando al pequeño le empezó a doler la tripa y le entraron ganas de vomitar. A partir de ahí fue un no parar, cada vez se ponía peor, estaba blanco, con ojeras y no podía dejar de ir al baño. Al final no le daba tiempo ni de llegar al baño al pobre. Mi casa parecía un campo de minas. A las 9 de la mañana me rendí y llamé a su madre para ver si ella tenía algún remedio para el pobre niño.

Paso todo el día malo, pero ya está recuperado. Sería uno de esos virus de gastroenteritis de 24h.

Todos nuestros planes quedaron suspendidos, aunque el fin de semana que viene lo volveremos a intentar.

1 comentario:

  1. Pobrecito, que penita me ha dado leer tu entrada...

    Pero... ¡¡¡¡no pasa nada!!!!, son imprevistos con los que uno no cuenta, pero la próxima vez irá todo ¡¡¡¡¡fenomenal!!!!

    Un abrazo!!!

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